
MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA
Aficionados tontos que viven la intensidad del fútbol…
Esta noche en el estadio no habrá uniformes verdes ni banderas amarillas.
Habrá sangre.
Sangre en la pelota.
Sangre en el marcador.
Sangre en las duchas de los visitantes.
Sangre del narrador en la cabina.
Lágrimas del patrocinador.
Veremos desfilar a personalidades grotescas extraídas de los libros de escuela.
Bienvenidos a la patria mexicana-shakesperiana, donde tenemos sobre la mesa a una hilera de variados reyes.
Este es el relato cruel del incendio de nuestros antepasados.
Es el recuerdo de los otros dioses; los hombres vestidos de negro que nos trajeron la verdad inscrita en los libros y las cruces.
Es la historia de la violación de nuestra madre.
Es la historia del nacimiento de México.
Si no gustan de la siguiente programación, les sugiero entonces que cambien de canal o que originen motines.
Por que yo se cuanto pueden amar el LSD deportivo.
Esas no son las únicas siglas que disfrutan.
¿Qué tal PGR?
¿Qué tal PRD?
Palabras de tres letras; infaltables en la cuna de las políticas confundidas.
DF. para nuestra gigante manzana.
Sus rascacielos exagerados son miles de lombrices en el proceso de mostrar la lengua.
El ángel de la independencia tomó vuelo ante el primer disparo que se escuchó desde el palacio de justicia.
Recorrió la ciudad y vio mariachis.
Vio a una procesión de calaveras de azúcar.
Vio al cardenal, al candidato y al gordo de la televisión ser besados por una bala.
A los nuevos egresados de la universidad de la violencia.
A la miseria fresca descansando en el fondo de cada callejón.
A la colección de cadáveres jóvenes y hermosos regalando sonrisas a la luz de las cámaras.
¿Qué es todo esto?- preguntó asustado.
¿Qué es esta tierra enmascarada con vecinos poderosos?
¿Qué es esta nación de océanos negros, promesas muertas, policía fantástica y una virgen por cada hogar?
¿Qué es este templo irreconocible donde las voces liberadas a través de las ventanillas de los automóviles retumban por encima de las danzas puras de nuestros aztecas?
¿Dónde esta la revolución de aquellos que me crearon?
Lo llevé a la cantina más cercana para que se uniera a la locura en lugar de lamentarse por ella.
Una vez instalados en la barra, puse mi brazo sobre su hombro y le dije:
¿Recuerdas como hace ocho años el brontosaurio de los tres colores agonizaba en las arenas?
Trabajo y dolor le habían dado una salida a sus últimos huevos.
Al final, sólo cáscaras rotas.
Relájate.
Nuestro mundo no se acabará.
Seguiremos aquí, con las vacas sagradas a la espera de otros cuatro años.
Habrá más desertores.
Más riqueza y vidas perdidas.
Puede que nunca lleguemos a una monarquía, pero sí a múltiples guerras por la corona.
Tenemos un gobierno eficaz.
Ordenado.
Honesto.
Transparente.
Un gobierno de calidad.
Sólo recuerda una cosa: Todo estará bien mientras hayan más policias.
Ja, ja, ja.
“Mientras hayan más policias”.
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