sábado, 15 de noviembre de 2008

CRONICAS DEL MURCIELAGO (PARTE I)

Definitivamente, este es un momento ideal para ser fan de Batman. Gracías al abrumador éxito de critica y de taquilla cosechado el verano pasado por El Caballero De La Noche, el personaje creado por Bob Kane y Bill Finger no solo ha recuperado su credibilidad en la pantalla grande, sino que la ha llevado a un nivel completamente nuevo. Mientras redacto estas lineas, miles de blogs y foros en la red especulan sobre la tercera entrega a manos de Christopher Nolan, ofreciendo inumerables teorías acerca la posible trama y el nuevo villano que habrá de llenar los enormes zapatos dejados por Heath Ledger como el Joker. Las bati expectativas no habían sido tan grandes desde el estreno de la primera entrega oficial de la franquicia producida por Warner Bros. en 1989.

Al igual que con muchos niños de mi generación, las peliculas de Batman marcaron mi vida de una manera muy especial. Me presentaron un mundo emocionante al que podía sumergirme cada vez que quisiera, hicieron que me enamorase por primera vez del personaje, y sobre todo, desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo de mi pasión por el cine. Con el lanzamiento de El Caballero De La Noche en DVD programado para este mes de diciembre, he decidido rendirle homenaje a esta saga en una serie de cinco partes, describiendo a profundidad los detalles de la producción de cada película, sus meritos a nivel cinematográfico, sus defectos (que bien que los tienen), su legado dentro de la franquicia y la impresión personal que dejaron en mí como expectador. Notese que no voy a mencionar el serial para cine de 1948, la pelicula basada en la serie de televisión producida en 1966 ni alguna de las peliculas derivadas de la serie animada de los noventa. El interes de estos posts se enfocará exclusivamente en las seis producciónes de acción en vivo producidas por la Warner de 1989 al 2005, puesto que esas son las más reconocibles tanto para un servidor como para la mayoría del público.

Uno de los factores que distinguen a Batman es que a lo largo de su trayectoria ha sufrido varias modificaciones dependiendo de las necesidades y gustos del público en diferentes epocas. En 1939, año oficial de su primera aparición en DC comics, era un vigilante misterioso y solitario que combatía el crimen organizado usando metodos extremos que muchas veces no lo diferenciaban de los malvivientes contra los que peleaba. En varias ocasiones llegaba incluso a matar con saña a sus adversarios. Más adelante, con la llegada de Robin, su compañero de aventuras, su imagen se fue suavizando cada vez más. Este proceso de relajación culminó en la decada de los sesenta, año en que se popularizó la serie televisiva protagonizada por Adam West y Burt Ward. Para ese entonces, había dejado de ser la figura vengadora que acechaba en las sombras para convertirse en un payaso con mallas y máscara que inspiraba más risa que temor.

Por fortuna, a mediados de los ochenta, la publicación de novelas gráficas como The Dark Knight Returns y Batman: Year One de Frank Miller establecieron el retorno del personaje a sus raices oscuras. El éxito de estos titulos, junto con The Killing Joke de Alan Moore y Brian Bolland (de la cual el filme tomó inspiración directa para dar a conocer el origen del Joker) propició que Hollywood se diera cuenta de que había mercado para un público ansioso por un Batman más serio. Con esto en mente, los productores Jon Peters y Peter Guber se pusieron a buscar a un director con las habilidades necesarias para materializar esta visión en la pantalla. Despues de muchas pesquisas, hallaron a un joven llamado Tim Burton, cuya experiencia en largometrajes se limitaba en ese entonces a dos comedias de bajo presupuesto: Pee Wee´s Big Adventure (1985) y Beetlejuice (1988). A pesar de ser primerizo, Burton demostró estar a la altura de gigantesca tarea que le esperaba.

En manos de Burton, Ciudad Gotica fue presentada como una Nueva York opresiva, con rascacielos como agujas apuntando hacia el cielo y callejones sucios y llenos de vapor en los que rara vez la luz del sol se atrevía a asomarse. Una ciudad que podría haber salido directamente de la peor pesadilla de Fritz Lang. En esta urbe decadente, los ciudadanos viven con miedo e incertidumbre constantes, ya que el crimen gobierna cada rincón y la policía misma ha sido corrompida. ¿Qué mejor escenario que este para la aparición del hombre murcielago, quien rapidamente comienza a generar miedo entre la comunidad delictiva y desconfianza entre las autoridades, esta últimas considerandolo un demente que sólo busca justicia por mano propia y que debe ser detenido cuanto antes? De esta manera, Burton logra hacerle justicia a los ingredientes básicos que definieron la primera aparición de Batman en los comics, y al mismo tiempo aporta a la historia su singular firma estilistica. Más aún, la Ciudad Gotica de Burton adquiere un caracter particularmente fantastico gracias a la atemporalidad con se que concibe. Tanto el vestuario como muchos otros objetos (automoviles, camaras fotograficas, etc.) corresponden a la misma decada en que Batman hace su debut; es decír, la decada de los treinta y cuarenta. Sin embargo, existen numerosas referencias a otros objetos más cercanos a la época en que la pelicula fue realizada, tales como computadoras y faxes. El entorno en el que Batman se mueve parece operar en una realidad alterna en la que la continuidad historica juega consigo misma, siendo imposible ubicarlo claramente en una sola urbe norteamericana o decada en particular.


(ATENCIÓN: el siguiente parrafo contiene spoilers)

Pese a todos estos logros a nivel artistico, una de las libertades que Burton se tomó con el origen de Batman fue severamente criticada en su momento por los seguidores más fanaticos del comic (y recalco la palabra FANATICOS). Poco antes del climax de la pelicula, nos enteramos por medio de un flashback que el asesino de los padres de Bruce Wayne (Michael Keaton) fue nada mas ni nada menos que Jack Naiper, matón a sueldo de la mafia que años más tarde sería accidentalmente arrojado a una tina de quimicos, convirtiendose en el grotesco Joker (Jack Nicholson). Es evidente que darle al asesino de Thomas y Martha Wayne un rostro y nombre concretos reduce la compleja cruzada de Batman contra la entidad colectiva del crimen a una venganza en contra de un sólo malechor en especifico. Visto desde ese angulo, se desvía significativamente de la esencia del personaje. Sin embargo, entiendo claramente cual era la intención detrás de esta modificación. Burton optó por plantearlo de esta manera para subrayar la noción de que Batman y Joker son dos caras de una misma moneda. Heroe y villano se crearon mutuamente, y por lo tanto, comparten un vinculo que automaticamente convierte a uno en la mitad del otro. El propio caballero de la noche lo afirma durante su confrontación final: yo te hice, pero tu me hiciste primero. La dualidad es el aspecto que más le interesa a Burton explorar en sus peliculas de Batman. Y como veremos más adelante, de todos los directores que lo han retratado en la pantalla, es el que menos se preocupa por guardarle fidelidad a los comics.

Y ya que estamos hablando de Batman, enfoquemonos un poco en la actuación de Michael Keaton. Aunque no lo crean, hubo mucha gente que puso el grito en el cielo cuando se anunció que habia sido seleccionado para él papel. Despues de todo, Keaton no era la idea que cualquiera pudiera tener de un heroe de acción. Sus apariciones más conocidas hasta ese momento habían sido en la comedia Nightshift (1982) de Ron Howard y bajos las ordenes de Burton en Beetlejuice. ¿Como podría un actor de comedia relativamente desconocido y sin una destacada complexión fisica dar la impresión de que podría meterse debajo del batitraje? !Esa es precisamente la cuestion! Keaton es la última persona en el mundo a la que nos podriamos imaginar como un justiciero enmascarado, de la misma forma en que nadie sospecharía seriamente que el aburrido y vanidoso Bruce Wayne es en realidad Batman. Y por eso mismo hay quienes lo consideran como el mejor actor que se haya puesto la capa y la capucha. Utilizando herramientas tan sutiles como un simple gesto o una mirada, transmite la desubicación y confusion emocional del personaje, como si fuera un individuo que nunca esta cómodo dentro de su propia piel. Aunque por momentos parece que se le pasó un poco la mano, ya que da la sensación de que no puede abrir un frasco de mayonesa sin la ayuda de Alfred o de que se sacó su fortuna en la Loteria Nacional.

Y por supuesto, no podemos omitir la inolvidable actuación de Jack Nicholson detrás del maquillaje y la sonrisa del Joker, el payaso principe del crimen. Muchos se quejaron en su momento de que Nicholson se robaba la mayor parte de las escenas, relegando a Batman en el plano de una simple comparsa. Burton ha tratado de justificarlo con el argumento de que Batman es una figura misteriosa que prefiere mantenerse escondido la mayor parte del tiempo. Por lo tanto, no vamos a estarlo viendo cada cinco minutos sólo por que su nombre es también el titulo de la pelicula. Aunque esto es debatible, la verdad es que el filme no habría sido lo mismo de no haber contado con Nicholson. Su participación causó tal impacto que a partir de ese momento las estrellas más grandes de Hollywood se interesaron por interpretar a los villanos en secuelas posteriores. Para muchos de ellos, ser enemigo de Batman adquirió cierto prestigio, casi tanto como si estuviesen haciendo a un personaje de Shakespeare. Una de las escenas que más recuerdo vividamente es aquella en la que el Joker acaba de asesinar a uno de sus complices que se le estaba poniendo al brinco y se pone a platicar con su cadaver. La vi por primera vez cuando tenía ocho años y hasta el día de hoy me produce escalofríos.

Además de pasar a la historia como uno de los éxitos de taquilla más grandes de todos los tiempos, Batman re-introdujo a la creación de Bob Kane dentro de la cultura popular como una figura compleja y misteriosa que había que tomar en serio, marcó la pauta para otras adaptaciónes cinematográficas de superheroes y catapultó la carrera de Tim Burton, permitiendole acceso a más libertad creativa en sus futuras producciones. Poco despues de su estreno, los ejecutivos de la Warner ya babeaban por tener a Burton dirigiendo una segunda parte, aún cuando eso significara permitirle hacerla bajo sus propios terminos. Una decisión que terminarían lamentando amargamente, haciendo eco de aquellas poeticas palabras atribuidas a Oscar Wilde: Cuando los dioses quieren castigarnos, nos dan justo lo que les pedimos.

Sin nada más que agregar por ahora, los dejo con el trailer original de la pelicula.

Hasta la próxima.



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